lunes, 22 de enero de 2018

Las llaves de Sefarad.



Al marchar de Sefarad los judios dejan las llaves de sus casas en Puente Castro (León) a una doncella de blanca túnica. Sienten emociones contrapuestas, alegría  de la buena vida pasada, tristeza y rabia por la diáspora.
Muchos años después un guitarrista reputado (Alfonso) y un comediante (Manuel) se encuentran esas llaves,. Acuden a la conferencia de un historiador que va a hablar sobre los sefardíes, pero este no aparece. En un baúl les ha dejado una carta; una nota en la que les pide que ellos den la conferencia y además un traje Sefardí. Ya no quedan ninguna de aquellas casas que se pueda abrir, pero ellos han hallado esas llaves de la doncella.  ¿Para qué sirven sin puerta? ¿Se pueden devolver a alguien? ¿Sabrán dar una conferencia o será un disparate?



Al oír en su imaginación a una golondrina cantar, se inspiran, descubren que esas llaves si tienen utilidad: abren el cofre del corazón, de la buena memoria y de la reconciliación. Los caminos del Dío son un misterio. Moviendo las llaves en el aire darán una vuelta de llave y cada vuelta abrirá un poco la cerradura del corazón. Cada giro es un cuento o una canción. Juntos abrirán la risa y el árbol de la cábala se mostrará glorioso frente a ellos. El merkabah que permite esta apertura son los cuentos y cantos de Sefarad, el puente de la conivencia de las tres culturas, donde cielo y tierra se toca y se abrazan.
Narraciones:
Salomón y la golondrina.
La leyenda de la fuente del oro.
Salomón, la Reina de saba y las abejas.
El rabino Eliezer y el Golem.
La hoguera de Baal Shem Tov.
El lado bueno de la rebana y el astrólogo Isaac Ben Joseph

Canciones:
Esa montaña de enfrente.
Mi vida do por el Rakí
Venimos a ver.
Golondrina.
Durme, Durme.

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