Eran dos enamorados que tenían el sol en las palmas de las manos. Cada vez que hacían el amor, nacían galaxias, se abría el sexo puro de la tierra, el campo florecía y las perlas escondidas de la sabiduría humana brotaban en sus corazones.
Sus labios al besarse levantaban un arco iris por el que caminaban los seres míticos y los ángeles. Juntos eran un tsunami de amor, un huracán de ternura y un nuevo horizonte para la vida del planeta tierra.