Érase un unicornio marino que vive en mi pulso. Conoce todas
las mareas y sabe el nombre de todas las algas. Sueña con el
sol de tus besos y cuando sonríes, se asoma a mis ojos. Le
gusta brillar para ti. Si piensa lo mucho que te quiero aletea
y se deja mecer.
Se alimenta del amor.
ResponderEliminarUn abrazo, Manuel