miércoles, 30 de mayo de 2012
Fantasmín el amoroso.
Èrase un fantasma en la noche en busca de compañìa. Vagaba por los muros y aceras deseoso de un poco de comprensiòn.
Al volver de una esquina encontrò un buzòn de correos. Se metiò dentro y se echò a dormir.
Al salir el sol el cartero recogío las cartas. El fantasma habìa desaparecido pero en todas ellas habìa marcado un beso. Uno parecido a los de carmín, pero con color de luna azul.
Aquellas cartas marcadas con el beso azul fueron llegando a sus destinatarios. uhmmm, curioso pero en el vecindario todos parecían palidecer y tornarse de un azul lunático, todos no, sólo los que recibieron la carta. Comenzaban a comportarse de una manera extraña, no discutían, en su cara tenían el tranquilo rictus que se les queda a los fantasmas....
Francisco Centeno y Manuel Ferrero.
Foto de Fran Allegre.
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