Más que alimento.

Para todas las mujeres, en especial para las que han sido y son, madres, trabajadoras, amigas, amantes. Las que cargaron con nuestro miedo. Las que hoy nos aman con caminos nuevos. Juntos, al mismo nivel. Gracias.

 

Facundo Cabral. Ella no dice nada. Youtube delfincorrea. 

Recibo lo mejor, la vida entera, sabiduría y memoria de las abuelas. Al principio los pechos de mi mami eran pequeños y planos, y la tarea no se me hacía fácil. Además como tenías madre que ir a trabajar. Todos decían: “¡ Qué si Manuel es grande, qué sí el trabajo es lo primero, qué sí que vergüenza dar de mamar delante de la gente!”

 Te admiro mucho mamita, se de tus lágrimas y tu dolor por tanta grosería. Aguantaste la ignorancia de la mayoría. Muchas mamas no pueden con tanta presión. Nadie las entiende. Tal vez porque el miedo acalla el corazón, pero tu te plantaste:

-      ¡Ahí esta tu teta! Tuya será hasta que tú quieras.

El grillito no sabe mamar. A mi me da pena, aunque cante,  que no le de la teta su mama. Cuando nací cuenta mi la abuela que no me quería enganchar, mama estaba nerviosa y todos le repetían:

-      Tu leche no vale.

Menos mal que una matrona trajo pezoneras y con paciencia y relajación, me dejaron piel con piel, desnuditos, hasta que al fin di el gran chupetón.  Mamar es un reflejo que nace de la tranquilidad, la corazonada y la ternura. ¡Ay! Los pájaros no maman tampoco. ¡Qué suerte tengo de no ser jilguero ! Mis tetis son mas que alimento, mucho más que un frío biberón. Libertad e instinto ¡Pura inspiración!

Me engancho, chupo y sonrío, mi olor relaja a mi mama y el suyo a mi me protege. Ni siquiera la araña que teje puede cantar y acunar a su bebe, pero yo si puedo besar las tetinas. Mi intuición me enseñó como se hacía. Yo tengo cariño para las dos. Izquierda o derecha, me encantan, da igual. Ningún manual de biología lo puede explicar. Es mas que leche. Es el amor que nos tenemos y que yo te devuelvo con creces. 

Es hermoso verte ahora mama tan valiente, en el metro, en la calle, en un café. Dejas que la intimidad nos abrace. Ya no te sientes culpable. Tengo dos años y a nadie hago daño por mamar ¡Quién tenga los ojos sucios que los limpie! El cuerpo de la mujer es bello, sagrado y aún más. Es como una fuente de amor o un manantial de sentimiento. Tal vez algunas no lo entienden porque viven asustadas, tanto como para no ver el negocio que se tienen montado con tarros, potitos y demás saraos.

Yo soy independiente. Crezco fuerte y me alegra la dulzura  con la que muchos me miran cuando me arrimas la aureola a la boquina. Ya no me hace falta estar a todas horas enganchado, cuando algo me asusta o me duele, entonces te abrazo. Algún día volaré del nido. Seré mayor y no me acuerde quizás de esto que te digo, pero en mi sangre y en mi aliento, tendré tu nombre madre. Porque para que un río llegue al mar, primero fue arroyo y para que un hombre sea más completo, mamo de pequeñín leche, caricias, canciones y besos.

Mama se vuelve loca cuando coloco mis manitas en su seno y lo noto suave, profundo y caluroso. A veces de gusto y mimo voy cayendo en un sueño. Sueño que tus tetas, mama, tienen amor para el mundo entero, para los pájaros, para los insectos, para la luna, para los niños huérfanos, para los que han nacido y para los que no nacieron. Tu leche alimenta a todos. Siento lo grande y fuerte que eres, quiero que me acunes y me cantes, que el cielo se llene de luces y colores ¡Viva mis tetis! Mama  ¡Cuánto la quiero!