Basado en un cuento tradicional leonés, recogido en Caboalles de Arriba y Villalibre de Somoza por Julio Camarena.
Oscurecía. Húmeda y ardiente la tormenta. La montaña se encendía a golpes de rayo. La raposa andaba robando cerezas en la huerta del cura. Saltín por aquí... agacharse por allá y a cada flash, una cereza para la bocona. Las centellas iluminaban el árbol y dejaban al descubierto los tesoros amarillos. Brincaba, echaba los dientes y las cogía:
- Fai a ve éta, fai. ¡Qué ciruelón!
La raposina no hacía caso de los truenos hasta que un relámpago cayó justo detrás de su cola. Dio un salto asustada y recriminó a los cielos:
- Fai a ve éta, fai. ¡Qué ciruelón!
La raposina no hacía caso de los truenos hasta que un relámpago cayó justo detrás de su cola. Dio un salto asustada y recriminó a los cielos:
- ¡Alumbra! ¡Alumbra! Pero no te arrimes tanto.
Ja, ja. Pobre bicho comilón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me has despistado con el ciruelón!
ResponderEliminarDivertida la raposa hablando al rayo! Quizá se ayuden entre fuerzas naturales, no humanizadas.
Manu, tengo un libro "Los últimos narradores orales" que está buenísimo, deberías echarle un vistazo
Un abrazo manchado de cereza
Muy bueno, Manolo. Tiene algo de tradicional y de moderno a la vez. Creo que le has dado un punto intermedio bien guapo.
ResponderEliminarVenga, abrazos. Nos vemos en un rato on life.
Jejeje, me recuerda a los cuentos que me contaba mi abuelo tipo "El carcaraván" algún día tal vez haga un relato. Un beso.
ResponderEliminarSi pobre bicho comilón Torcuato. Menuda zampa ciruelas.
ResponderEliminarAnita lo de la frase del ciruelón, trascrito del narrador. Dice ciruelón en vez de ciruelona, será leonesismo o alusión al arbol. Dame la editorial del libro y mañana lo miro. Me alegra tu vista.
Alberto, voy a verte ahora y lo hablamos en directo.
Normal Maite que te recuerde esos cuentos, cuentín de abuelos es. O como decimos en León, cuento de agüelos.
ResponderEliminarTus deseos son órdenes :)
ResponderEliminarAquí tienes un link
http://www.secc.es/ficha_publicaciones.cfm?id=3350
Me siento como Aladino. Gracias Genia Anita.
ResponderEliminarjajá, por ahora disfrutamos con ella, el rayo sólo la ha asustado. ¡Qué siga disfrutando del festín!
ResponderEliminarUn beso Manuel
Patri. Un pelín más y acaba en llamas.
ResponderEliminarEste micro bebe de la tradición de la fábula e incorpora un lenguaje muy cinematográfico. Hay expresiones inolvidables como "la montaña se encendía a golpes de rayo" y un poso del habla popular "la bocona", "la raposina" que le da un matiz antiguo.
ResponderEliminarUn interesante abrazo,
PABLO GONZ
Un estilo muy muy peculiar. Me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo
Pablo, siempre me ha gustado el cine y la pintura. Ya que no hago películas y que no sé pintar, escribo. Es verdad que tiene muchos trazos de asturleonés.
ResponderEliminarBaizabal me alegro que te guste el estilo. Gracias.